VALIENTES: LAS HISTORIAS DETRÁS DE UN CARTERO

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Por: Thalía Fuentes Puebla para Cubadebate

Andan en bicicletas desde la Punta de Maisí hasta el cabo de San Antonio, llevando cartas a domicilio, los giros postales, el pago de la asistencia social y las publicaciones de la prensa. Las ventanillas y unidades de correo son parte imprescindible en la vitalidad de las comunicaciones en la mayor de las Antillas.
Con la llegada de la COVID-19 al país han cambiado las rutinas de trabajo de la Empresa Correos de Cuba, algunos servicios esenciales se mantienen, otros no. Su misión se enfoca fundamentalmente en atender, en el propio barrio, parte de las necesidades de las personas de la tercera edad. Estos servicios a domicilio fortalecen el llamado al aislamiento social, necesario para controlar la pandemia.
Como todos los sectores del país, han tenido limitaciones, pero eso no ha impedido que se reinventen y busquen alternativas para mantener la vitalidad de los servicios, tomando, por supuesto, las medidas sanitarias pertinentes.

“Vamos a salir de esta situación”

Saturnino Darromán López tiene 55 años, de ellos, más de 20 se los ha dedicado a la profesión de cartero. Su empeño y consagración a la tarea encomendada lo han convertido en un ejemplo para sus compañeros. En varias ocasiones ha sido Vanguardia Provincial y Nacional y se desempeña como secretario del Sindicato de la sucursal Esquina de Tejas, perteneciente a la Empresa Correos Habana Centro.
“Estoy enfrascado en esta tarea como revolucionario que soy”. Atiende el barrio 7 y el 8, del municipio Cerro, dos zonas muy amplias, y aunque le han propuesto cambiar de zona, para otra más pequeña, nunca ha querido porque ya siente como parte de su familia a todos los que ha servido por años.
Se ríe constantemente, los clientes siempre buscan su apoyo, sobre todo los más vulnerables. Todos los días se levanta a las 5 de la mañana, recibe el periódico, lo cuenta; tareas extra que realiza para ayudar a sus compañeros. “El amor al trabajo, eso soy yo”.
Confiesa que lo que más le gusta de su profesión es que puede ayudar a personas que no se pueden valer por sí mismos. “Ellos piden mi apoyo y yo no les niego a nada. He sido cuando lo han necesitado plomero, albañil, he puesto incluso hasta bombillos en sus casas”.
Sabe que su profesión está expuesta a contraer el virus, pero los miedos no lo detienen. “Tengo un promedio de 400 usuarios, cuando debería tener 200. Incluso, he trabajado hasta altas horas de la noche porque me ha tocado atender un barrio extra. El servicio por ningún motivo puede parar”.
A Saturnino no le preocupa el sol, ni el calor. “Me cuido, pero este virus no me puede impedir que lleve la encomienda hasta la puerta de mis clientes”.
Hasta este momento, en ninguno de sus barrios hay casos positivos a la COVID-19, pero siempre insiste en que hay que cuidarse para evitar el contagio. “Lo que hagamos ahora y como nos comportemos, definirá lo que pase mañana”.

Saturnino Darromán cuenta que hace unas noches estaba trabajando porque el periódico llegó tarde ese día. A las 9 sintió los aplausos y los ojos se le aguaron, por la alegría y la satisfacción. “En este país tenemos que ser el ejemplo, porque somos vanguardia en la medicina y en la atención al pueblo. Creo, y aseguro, que vamos a salir de esta situación”.

“Los servicios de correos no se pueden detener”


Leandrys Aguilar Galano tiene 24 años, y aunque solo tiene cuatro de experiencia en la labor, esa cifra se multiplica en trabajo y abnegación. Actualmente, es el director de Operaciones y Mercadotecnia en la Empresa de Correos Habana Centro. Brindar servicio a la población, es la razón por la cual escogió esta profesión.

“Me gusta lo que hago. Trabajo incansablemente. Si tuviera que trabajar las 24 horas del día lo haría sin pensarlo”.
Después de la llegada de la COVID-19, adoptaron medidas con las gestoras, administrativos y carteros.
“No podemos detenernos porque trabajamos con la población más sensible que tiene Cuba. Hay que seguir con el pago de la asistencia y seguridad social, la entrega de la prensa, la venta de revistas y misceláneas y el pago de giros postales”.
Según Aguilar, Correos de Cuba tiene que llevar hasta la puerta de cada cubano la información de lo que pasa actualmente, porque todos no tienen acceso a las nuevas tecnologías o a la televisión. “Ahora vamos a dar un paso con el comercio electrónico; llevaremos hasta los hogares las compras online de conjunto a Cimex y a Tiendas Caribe».
“El gobierno cubano cuenta con nosotros y no vamos a defraudarlo”, asegura el joven.
Si le preguntas por un mensaje que quisiera enviar al pueblo de Cuba, pide calma y control. “De cosas peores hemos salido. Tenemos un sistema de salud tan eficiente que esta vez no va a ser la excepción”.

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