DE NUESTRA GENTE…

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Hoy les presentamos la historia de Nidia Espinosa Carbonel, una trabajadora con una trayectoria laboral ejemplar en la Empresa de Correos Las Tunas.

“Todo lo que se hace en la vida hay que hacerlo amor.”.

¿Cuándo comenzaste a trabajar en Correos de Cuba?

Fue en septiembre de1993, comencé en la Empresa Integral de Telecomunicaciones de la provincia Las Tunas, que también atendía los servicios postales, tenía entonces 23 años. Han pasado 31 años y aquí ha transcurrido gran parte de mi vida.

¿Cuál ha sido tu mayor motivación para mantenerte tantos años trabajando en Correos de Cuba?

Mi mayor motivación siempre ha sido la superación, me gusta mucho aprender, eso es algo que te acompañará toda la vida,

Parafraseando a Martí, “…el dinero se agota, los conocimientos no”.

Desde 1994 comencé a pasar diferentes tipos de cursos, sobre Telecorreo Internacional que fue lo primero, la Informática, los estados financieros, el control interno, Instructor Postal, Técnico Medio Postal, la Licenciatura en Contabilidad y Finanzas, Instructora Postal en la Asignatura de Francés, entre otros, hasta una Maestría en el 2022.

Ello me ha permitido aportar como profesora y, posteriormente, preparar a otros compañeros que realizarán la capacitación de los nuevos que se incorporan a la servicio postal.

¿Cuáles son tus mejores recuerdos en la Empresa de Correos las tunas?

Tengo muchos recuerdos, he transitado por diferentes responsabilidades en Correos de Cuba. Cuando me han necesitado para cualquier tarea nunca digo que no. Comencé como auxiliar de un ventanillo; luego fui técnica postal en la Dirección Territorial de Correos; de ahí pasé al Departamento de Supervisión y Control, donde fui cuatro veces Vanguardia Provincial de Sindicato de las Comunicaciones. Posteriormente, fui jefa de Automatización (Administradora de la Red) del Correo Tunas 1; más a pasé al Departamento de Atención a la Población de la Empresa, sin dejar de hacer inspecciones y auditorías a las unidades. Además de realizar transferencias económicas, que no estaban dentro de mi contenido de trabajo, éstas últimas siempre sábado o domingo fuera de la jornada laboral y en la mayoría de los casos en los municipios. Fueron tiempos duros pero hermosos y trabajé siempre en un gran colectivo de compañeros.

¿Qué mensaje te gustaría dejarle a las nuevas generaciones de trabajadores de Correos de Cuba?

Lo más importante es que sepan que a todo lo que se hace en la vida hay que hacerlo amor. El trabajo en Correos de Cuba es muy bonito, enseguida te enamoras de él, pero también es muy sacrificado, hay que estudiar, hay que superarse, pero sobre todo, cuando usted está atendiendo a un cliente hay tratarlo bien, con respeto y delicadeza, como si fuera un familiar, y hacer todo o posible porque salga satisfecho con el servicio recibido, eso es imprescindible.

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